Antecedentes
La cuenca de los ríos Ozama e Isabela han presentado a lo largo de los años la problemática de asentamientos irregulares de familias de escasos recursos, con una alta vulnerabilidad y exclusión social.
A lo largo de los años, distintos gobiernos han venido desarrollando iniciativas para solucionar esta problemática de índole social, económica y ambiental. En 1959, durante el gobierno del presidente Rafael L. Trujillo Molina se llevó a cabo el proyecto de reubicación de los barrios los Guandules, Guachupita y la Ciénaga, pero debido a la falta de seguimiento estatal al poco tiempo las zonas desalojadas volvieron a poblarse. En 1968-1978, durante el gobierno del Dr. Joaquín Balaguer se construyó el proyecto habitacional Las Caobas, para los habitantes de los ríos Ciénaga y Zurza —también fracasó, ya que los beneficiados vendieron su propiedad y regresaron a orillas del rio. En el año 1993 se emite el Decreto para la creación del Cinturón Verde de Santo Domingo, con el objetivo de salvaguardar los ríos Ozama, Haina e Isabela del proceso de urbanización intensiva. Entre los años 1994-1999 se lleva a cabo durante el gobierno del Dr. Joaquín Balaguer el Proyecto Resure, para desalojar los barrios de la rivera del Ozama, pero el plan solo fue ejecutado de forma parcial. En el año 1997 se efectúa el Plan Cigua —Plan de Desarrollo Urbano para la Ciénaga y los Guandules— y en el año 2005 el Programa Acción Barrial, basado en elevar los niveles de habitabilidad de los barrios ubicados a lo largo de estos ríos, y reducir los niveles de contaminación mediante un programa de saneamiento ambiental.
A pesar de todos estos proyectos e iniciativas, la problemática persiste y se ha ido agudizando.
El sector La Barquita
El sector La Barquita, considerado como un sub-barrio de San Lorenzo de Los Mina, ubicado en el borde del litoral este del río Ozama, en Santo Domingo Este, es un ejemplo del descontrol de la ocupación informal y acelerada del suelo. La inexistencia de una clasificación primaria de suelo y la falta de regulaciones catastrales y territoriales han producido un estado de ilegalidad general de la propiedad, condiciones de infravivienda y hacinamiento humano y urbano sin infraestructuras de servicios básicos. Esta situación agudiza el problema de contaminación del río, siendo receptor de las aguas servidas y desechos que son vertidos directamente desde las comunidades contiguas. La construcción descontrolada sobre el borde fluvial genera un estado progresivo de degradación ambiental y eleva el estado de riesgo de las comunicadas ubicadas en ella.
El nombre de La Barquita se debe a que en sus orígenes no existía puente y el medio de transporte eran pequeñas embarcaciones para trasladarse de un lado a otro en la ribera del Ozama. Según el censo realizado en los años 2009-2010 por el Ministerio de Salud Pública, La Barquita cuenta con una población de 7,677 habitantes. El estado de vulnerabilidad humana del sector La Barquita es producto, no solo del riesgo de inundación sino también por la falta de acceso a servicios sociales, sistemas de transporte servicios de salud y educación, instalaciones sanitarias y de agua potable, y por el elevado grado de indocumentación, desempleo, abandono escolar y embarazos en adolescentes.
Compromiso e iniciativas
En septiembre de 2012, impresionado por las terribles imágenes de las inundaciones, el señor Presidente Danilo Medina visita el sector La Barquita dando inicio a este proyecto. El 14 de enero de 2013, el Presidente promulgó el Decreto Número 16-13, que declara como alta prioridad del Gobierno la readecuación de los asentamientos humanos de la barriada «La Barquita» en los sectores de Sábana Perdida y Los Mina, de la provincia de Santo Domingo, zona de influencia del rio Ozama y vulnerable a sus desbordamientos.
En el referido decreto se dispone la creación de una «Comisión para la Readecuación de La Barquita», con la misión de realizar estudios, diseños, consultas, informes técnicos y propuestas de políticas públicas, que permitan ejecutar soluciones definitivas a los factores de riesgo que afectan a las comunidades de la zona y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
La Comisión para la Readecuación de la Barquita convoca en el mes de abril 2013 una licitación abierta para la contratación de la consultoría sobre el diseño del «Nuevo Asentamiento Modelo del Sector de La Barquita». Se lanza un concurso internacional en el cual presentan propuestas 18 empresas que son evaluadas por un jurado con experiencia internacional.
Los requerimientos de actuación para el anteproyecto fueron:
1. Diseño de un Master Plan general para la relocalización de cerca de 2,000 familias y locales comerciales asentados en las zonas de riesgo.
2. Diseño de edificaciones para uso residencial y comercial; diseño de espacios públicos adecuados, equipamientos urbanos varios e infraestructuras, incluyendo la valoración de un sistema de rutas de transporte terrestre y fluvial alternativo.
3. Reformulación de la zona actual de La Barquita como un Parque Urbano.
4. Trabajar las cañadas integralmente y convertirlas en paseos peatonales.
5. Desarrollar, mediante una propuesta de diseño coherente, una estrategia paralela de desarrollo urbano por fases, acorde al proceso de relocalización de las familias, considerando diferentes acciones en lo social, ambiental y económico.
Luego de todo el proceso que esto implica y enmarcados en las disposiciones de la Ley No. 340-06 sobre «Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones y su Reglamento de Aplicación», se arrojó como resultado la adjudicación del contrato a la Empresa de Ingeniería, Consultoría y Servicios (INCONSERCA), en cuyos planos y propuestas descansa todo el desarrollo de este importante proyecto. La propuesta ganadora fue elegida por su estrategia de abordar la problemática de forma integral basados en los insumos suministrados en la documentación básica del concurso, y con gran calidad de diseño.
Cambio de ubicación del proyecto
Luego de los estudios de lugar, se decide la no construcción en los terrenos disponibles dentro del área de La Barquita, por ser esta zona de alto riesgo, inundación y desplazamiento, así también los terrenos próximos en la zona norte (propiedad del Estado) por estar estos dentro de los límites del área inundable, pudiendo ser utilizados y agregados al Parque Fluvial La Barquita.
Se redefine entonces el área de ubicación del proyecto manteniendo los alcances de la propuesta original e interviniendo unos 268,200 km2 de área urbanizable y 1,044,060.00 km2 de área no-urbanizable aproximadamente, en los nuevos terrenos correspondientes a las parcelas No. 28 y 21-Prov., del Distrito Nacional, ubicadas en Sabana Perdida, municipio de Santo Domingo Norte, adquiridos por el Estado Dominicano.
En los terrenos no-urbanizables de los Municipios de Santo Domingo Norte y Santo Domingo Este —por ser estos zonas de riesgo (inundación y deslizamiento) a ambas orillas del río Ozama— se construirá un Parque Fluvial, trabajando el borde del río y las cañadas, y reduciendo al mínimo tanto el impacto de contaminación como la posibilidad de futuros asentamientos en la zona.
Descripción del proyecto
El proyecto de «Mejoramiento Integral de la Comunidad La Barquita del Municipio Santo Domingo Este» se plantea como la necesidad de readecuación de La Barquita y entornos, con estrategias y diseños de planteamiento urbanístico y medioambiental que brinden un estado de mejoramiento a las condiciones desfavorables de vida de las familias allí asentadas, reubicándolos en un terreno seguro, el cual fue adquirido por el Estado Dominicano en el Sector La Javilla de Santo Domingo Norte; a la vez que se incluye trabajos de rescate del medio ambiente en la zonas del río Ozama afectadas por dichos asentamientos.
Con el rescate ambiental de los terrenos desocupados, la construcción de un parque ecológico y un sistema de transporte acuático, se pretende devolver al área las bondades de la naturaleza, para beneficio no solo de los sectores aledaños sino también de toda la población.
Como producto primordial este proyecto entrega a la población afectada 1,620 viviendas dignas, en donde serán reubicadas unas 5,500 personas, aquellas que actualmente viven en zonas de riesgo dentro del barrio La Barquita. La urbanización entrega también obras de servicios básicos como son: escuelas, agua potable, calles y alcantarillados, iglesia, parques y locales recreativos, sistema de transporte acuático, instituciones de seguridad pública, coadyuvando al desarrollo urbano del sector y al rescate de una sociedad hasta ahora desarticulada.
Se pondrá en operación un transporte fluvial, conectando de manera más fácil, rápida y económica, los barrios ribereños del Ozama con las principales arterias de comunicación de la ciudad y de manera integrada al sistema de metro de Santo Domingo. El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones abrió un nuevo acceso en el metro de Santo Domingo: L1 Estación Gregorio Gilbert – La Nueva Barquita.
La ejecución del proyecto contiene dos fases principales: del año 2014 al año 2016, construcción de obra civil (arquitectura y urbanismo); del año 2016 al año 2018, acompañamiento a la nueva comunidad, legalización e inserción de las familias a las actividades socioeconómicas del sector. Todo esto con un costo de inversión estimado de RD$5,717,080,740.11.
El proyecto para la readecuación de La Barquita forma parte comprehensiva de un eje de sostenibilidad del manejo del río Ozama que enlazará espacios de oportunidad en varios municipios del Gran Santo Domingo. El proyecto se plantea como experiencia piloto inicial para actuaciones urbanas integrales que estén enmarcadas en el rescate de zonas fluviales comprometidas ambientalmente en todo el territorio dominicano.
Equipamientos e infraestructura
En la actualidad, La Nueva Barquita cuenta con 112 edificios y 782 apartamentos en total de 68 a 76m2 cada uno. Cada apartamento cuenta con balcón, sala, comedor, cocina, área de lavado, despensa, closet de ropa blanca, y tres habitaciones. Los edificios de apartamentos cuentan con cuatro niveles; algunos con un primer nivel comercial, además de jardines, parqueos e iluminación en cada lote. Se ha priorizado a las personas envejecientes y con dificultades motrices, ubicándolas en los primeros niveles y manejando criterios de movilidad universal.
La aplicación de color a escala de conjunto con degradaciones en gama busca romper con la monotonía y acercarse a la paleta a de colores que maneja actualmente el barrio La Barquita. La distribución de los edificios permite un 65% de permeabilidad de suelo y una dotación equilibrada entre lo construido y el suelo libre, destinado a crear espacios de convivencia para la comunidad.
Producir espacios públicos de calidad es un objetivo fundamental del proyecto, por lo que se han destinado 74,333m2 de áreas de recreo y una gran diversidad de opciones de carácter deportivo y cultural que sirvan a la comunidad. Esto incluye plazas y parques, 7.6 km de circuito peatonal, 3 km de ciclo vía, 1 km de bicicrós, una cancha de fútbol, cinco canchas de básquetbol y un campo de béisbol.
Además se contemplaron 3,500 m2 de áreas de juegos infantiles, un anfiteatro con capacidad para 1,500 personas, con el río Ozama como fondo, y 108 locales comerciales.
Otros equipamientos con los que cuenta La Nueva Barquita son:
• Un salón multiusos con capacidad para 400 personas.
• Un Centro de Atención Integral a la Primera Infancia (CAIFI) con capacidad para 240 niños de 0 a 5 años.
• Dos Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAFI) para una población de 320 niños en edad de 0 a 5 años, distribuidos en secciones interdiarias de 40 niños (para niños que tengan tutores que los cuiden en la semana).
• Iglesia y Casa Curial con capacidad de 500 personas. El Arzobispado de Santo Domingo ha concedido la dedicación de la nueva parroquia a San Francisco de Asís.
• Centros de Capacitación y Producción «Progresando con Solidaridad» dotados de 12 aulas y un módulo de Centros de Capacitación Técnica (CTC), para la capacitación en las áreas de tecnología.
• Centro Clínico y Diagnóstico, que contará con laboratorio clínico, centro de imágenes (radiologías, mamografías y sonografías), sala de rehabilitación, centro de vacunación, dos consultorios de odontología, tres consultorios de especialidades médicas, pediatría, medicina familiar, área de enfermería, área de rehabilitación, unidad de urgencias, farmacia y áreas administrativas.
• Liceo y Polideportivo Sor Ángeles Valls: habilitado para que en horario extendido se practiquen las disciplinas olímpicas: baloncesto, voleibol, balonmano, bádminton, karate, judo, tae-kwon-do, lucha olímpica y boxeo.
• Policía y Fiscalía: el proyecto consta de un destacamento de la Policía Nacional y una oficina de la Procuraduría de la República (Fiscalía Barrial).
• Centro de Día: impulsado por el despacho de la Primera Dama, para la atención a la población vulnerable.
La inversión en infraestructura se ha concebido para la durabilidad, resistencia y eficiencia de operación, minimizando las reparaciones y los gastos recurrentes en mantenimiento. El proyecto cuenta con calles de 7 metros de ancho y aceras de 4.5 metros de ancho, en hormigón hidráulico con armadura. Además, la infraestructura incluye:
• Tanque vitrificado de almacenamiento de agua potable con capacidad de 4,600 m3, alimentado por batería de tres pozos, que descarga por gravedad al acueducto.
• Tres circuitos de alcantarillado. Las aguas residuales se tratan a través de tres depuradoras de fitodepuración creando un nuevo tipo de jardín urbano contemplativo.
• Cableado soterrado de alumbrado (con lámparas de bajo consumo), telecomunicaciones, cámara de seguridad y sistema.
• Arbolado urbano para sombrear los espacios públicos, reducir las islas de calor, proporcionar áreas de esparcimiento y ofrecer hábitat y alimentos a la fauna. Se promovió el uso de especies nativas, de rápido crecimiento y bajo mantenimiento.
Plan de acción para la vieja Barquita: Parque Urbano La Barquita
Se decide la construcción del Parque Urbano La Barquita a fin de generar un borde o límite entre el espacio del río y la ciudad, ofrecer servicios ambientales y sociales, canalizando las aguas servidas hacia una planta de tratamiento, saneando las cañadas y rescatando áreas degradadas en el tiempo por la construcción sin planificación.
Después del traslado de las familias, la demolición de las casas, y la eliminación de los escombros, se inicia el plan de siembra intensiva de aproximadamente 54,000 árboles y 10,000 herbáceas. URBE (Unidad Ejecutora para la Readecuación de la Barquita) ha diseñado la sección ambiental para la reforestación del parque y ha establecido un convenio y contratación al Jardín Botánico Nacional «Dr. Rafael M. Moscoso». El objetivo fundamental es la recuperación del hábitat ribereño en un área de 120 mil metros cuadrados, regenerando la biodiversidad y los servicios ambientales relacionados con la calidad del agua, suelo y cobertura vegetal.
Se pretende producir espacios de esparcimiento, donde la población adyacente de Los Minas Norte y Santo Domingo Este pueda tener acceso. Esto permitirá la regeneración urbana del resto de La Barquita e iniciará un giro de fachada hacia el río Ozama.
Criterios de sostenibilidad y permanencia
Desde la Unidad Ejecutora para la Readecuación de la Barquita (URBE) se trabaja para que este proyecto, de alcance intermunicipal, sea un modelo de intervención que mantenga la permanencia de los valores de sostenibilidad integral que lo inspiraron. Es asumida la responsabilidad de acompañar y formar a estas comunidades para su adecuada inserción en un nuevo modelo de vivienda, ciudad y territorio. Asimismo, se asume el compromiso de ejecutar un proyecto urbano ajustado a la realidad socio-económica y medioambiental de estos entornos, mediante la producción de infraestructuras y equipamientos necesarios para el funcionamiento del proyecto; que pueda traducirse en una realidad jurídica que garantice su sostenibilidad dentro de los parámetros de derecho municipal y los gobiernos locales.
Para construir este proyecto desde la comunidad, bajo el criterio de integralidad pretendido, fue necesario desarrollar un proceso de educación mediante la implementación de un programa de «Formación Ciudadana» para sus habitantes, con la finalidad de transmitir las habilidades sociales necesarias para la nueva vida en comunidad. Estas visitas periódicas generaron respeto, seguridad y confianza entre el proyecto y la comunidad.
El problema de proyectos similares, local e internacionalmente, ha sido la discontinuidad en la administración de los mismos. Para La Nueva Barquita se ha diseñado una estructura de gestión territorial comunitaria que garantice los bienes e infraestructuras producidas, as como el ambiente adecuado para la reinserción social de la nueva población y la comunidad vecina existente.
Las viviendas estarán administradas por el Patronato La Nueva Barquita, quien controlará el cumplimiento de lo establecido por el régimen de condominios y dispondrá de un cuerpo de seguridad especializado asignado para tales fines. Las viviendas no se pueden vender, ni vandalizar, ni subarrendar. A fin de que estos bienes tengan valor a la hora de que pasen a ser propiedad de estas familias y garantizar un hogar digno a los niños que recibe La Nueva Barquita, se ha establecido la figura de contrato de comodato, según la cual luego de 10 años las unidades habitacionales pasarán a ser de la familia. Mediante visitas periódicas se controlará la aplicación del reglamento de condominios establecidos: El buen uso, el estado físico, las condiciones de habitabilidad, la escolarización de los niños, y el pago de los mantenimientos, términos que tienen carácter obligatorio en La Nueva Barquita.
Este complejo urbano oferta a esta población no solo viviendas, sino un entorno digno y equipamientos sociales, servicios educativos y de capacitación técnica, de salud y prevención, deportivos, religiosos, de ocio, comerciales e institucionales de diversa índole en beneficio de los nuevos munícipes y el resto de sectores aledaños. Se ha producido una ciudad enteramente funcional y conectada a su contexto y al servicio de transporte público formal (OMSA y Metro de Santo Domingo).
Basado en principios de cohesión social, seguridad ciudadana y capacitación constante de la comunidad, se espera que el proyecto de La Nueva Barquita tenga un gran impacto social y económico, desde el nivel familiar hasta el nivel ciudadano de un sector antes totalmente marginado.