Si algo habría que señalar del inventario elegido junto a nuestra coeditora invitada, María del Mar Moré, es un radical cambio de espíritu. Cada vez se diseña menos siguiendo las tradiciones clásicas y tradicionales -de enorme elegancia y eterna validez- optando mayormente por líneas más geometrizadas, objetos y arte minimalistas, y por materiales tanto modernos, como clásicos. Seleccionar piezas vintage en anticuariatos, modernariatos y otros mercados de lo anteriormente “inútil”, se ha convertido en toda una experiencia, generalmente compartida entre clientes y diseñadores. Algunos espacios exhiben técnicas contemporáneas de reciente desarrollo junto a piezas artesanales del origen más remoto y de gran antiguedad. Este tema es digno de admiración, pues requiere del diseñador un conocimiento pleno de la historia del arte, una pasión particular por el origen de las formas y sus significados, además del talento y la visión necesarios para poderlos articular en un todo que, tanto cumpla con las expectativas del cliente, como con los propios estándares de calidad del autor mismo.
Lógicamente, hay situaciones extremas, o muy especializadas que exigen tratamientos propios: en un penthouse de una torre localizada en pleno centro del Polígono Central de Santo Domingo, se detalla con precisión el estudio de música, ensayos y la muestra de la colección de un connoiseur de instrumentos musicales vintage, integrado funcionalmente a la vivienda, pero con las debidas precauciones acústicas llevadas a su máximo control. Este es un caso. Otro puede ser una pequeña tienda de objetos en la interesección de dos pasillos en un centro comercial, creando una imagen única y atractiva en ambientes que tienden a la anonimidad de lo genérico. Rafa Selman, asiduo colaborador de AAA, intervino 3 zonas distintas de un mismo recinto, dentro del Santo Domingo Country Club, con la identidad necesaria para cada uso, y a la vez con una coherencia admirable entre las mismas. El mismo Selman produce para unas oficinas ejecutivas, un interior tan agradable y suave que, sin perder su carácter institucional, se confunde en una atmósfera casi residencial, doméstica.
Un caso particularmente interesante es el de la Arq. Yvelisse Hahn, en Santiago de los Caballeros. Hahn logra recibir el encargo planificar la lotificación de todo un desarrollo de viviendas cerradas, diseña las unidades habitacionales y además, realiza muchos de los interiores de las mismas. Casos así son inusuales y producen resultados dignos de atención.
De todo el muestreo realizado, la mayoría de los proyectos han sido realizados en apartamentos de variados tamaños, en torres residenciales urbanas. Se ha convertido ya en un proceso regular, involucrar diseñadores de interiores con diversos grados de participación, en los apartamentos en SD. Desde la elección de un color, una asesoría en el mobiliario o las obras de arte, hasta el diseño y la transformación total del espacio limitado que a veces que permiten estas unidades, la presencia de diseñadores es notable. Hay casos frecuentes en los que se llama al diseñador para actuar sobre la recepción, las áreas públicas y vestíbulos de estas torres. Esto no ocurría, hace apenas 5 años.
La edición demuestra los diversos acercamientos al tema de varios autores o, con frecuencia, de equipos de autores. La verdad es que ya, invertir en amueblar y equipar un apartamento urbano promedio, requiere de una inversión en la que una asesoría profesional, no sólo es recomendable, sino altamente rentable.
Otro fenómeno es el que el mismo diseñador, emprenda un negocio para importar o fabricar objetos, mobiliario, arte y otros elementos, tanto para el público en general, como para suplir las necesidades de sus propios proyectos. Bien manejada, esta estrategia comercial paralela parece exitosa, si la visión del diseñador logra calar en el mercado y sus objetos llegan a ser competitivos y valorados por sus clientes, y hasta por sus propios colegas. Es muy sabido que no siempre, pero en muchas ocasiones, los márgenes de beneficios del diseñador de interiores llegan a ser incluso mayores que los de los arquitectos, y además, reciben con frecuencia comisiones por venta a terceros que se han convertido ya en una legítima práctica, común en el mercado internacional, generalmente producto de acuerdos previos entre los diseñadores y sus clientes.
Sigue siendo frecuente la actuación de arquitectos en calidad de interioristas, aunque comienza a desdibujarse la frontera entre ambas disciplinas. En realidad, el oficio del diseño de interiores se ha especializado y está alcanzando dimensiones cualitativas considerables. Ya veremos como la economía y el desarrollo cultural en la República Dominicana permite un mayor crecimiento aún en los próximos años.
La sección Caribbeana de esta edición ofrece dos visiones de viajeros con su arte a cuestas: La talentosísima Nathalie Ramírez, cantante, músico, pero en esta ocasión, destacada en AAA como dibujante exquisita, nos regaló el gozo de ilustrar la edición con sus apuntes realizados en un viaje, bocetos que reunió y expuso en la Galería Mamey, en Santo Domingo, hace unas semanas, titulada Crónicas do Brasil. Como su nombre lo indica, son bocetos de lugares que captaron su atención y retuvieron lo suficiente su mirada como para ser eternizados en estos deliciosos dibujos sobre escenas urbanas, interiores de edificios, puentes, espacios públicos, etc.
Frank Hatton es como una ola; es un arquitecto dominicano itinerante que va y viene, siempre con entusiasmo, con ideas, con dibujos llenos de futuro que realiza junto a sus colaboradores, para las más asombrosas iniciativas: concursos abiertos para monumentos conmemorativos, memoriales, fachadas intervenidas de las formas más insólitas, pequeños espacios cargados de significado y siempre, de un diseño meticuloso e inteligente. Decidimos dedicar unas páginas a retratar su trabajo internacional, y mostrar cuan potente puede ser la arquitectura, aún aquella no construida, sino simplemente imaginada.
AAA066 será una sorpresa… sigan en sintonía; cuando tengan esto en sus manos será ya el 2018: que el más grande de todos los arquitectos nos depare un destino luminoso, saludable, próspero y en fin, feliz.
Gracias a todos por estas 65 ediciones en 21 años. Estamos agradecidos, orgullosos, asi como esperamos que ustedes también lo estén.