Visiones del paisaje dominicano en la obra de Ricardo Briones
La relación de AAA y Ricardo Briones (Santo Domingo,1958) va muy avanzada ya dentro de su segunda década; así lo atestiguan las ediciones en las que hemos contado con sus magníficas fotografías. Briones se ha destacado por sus imágenes de naturaleza, paisajes y arquitectura y en esta edición que dedicamos al paisaje nos ha parecido que ha debido ser un invitado indispensable.
Octavio Paz señala, en El arco y la lira, que cualquiera que sea su actividad, un artista transforma la materia prima en obras. Las cosas abandonan el mundo de la naturaleza y entran en el mundo de los significados. Briones transforma paisajes, situaciones, edificios en obras y las introduce en el ámbito del lenguaje y las significaciones. Hay una poética evidente en las propuestas fotográficas de este artista, que expresa una sensibilidad especial hacia el paisaje del país, como hemos visto en los diversos libros en los que han aparecido sus fotografías y que abarcan desde paisajes de ciudad hasta los escenarios naturales del país.
En esta edición nuestro invitado trae como tema el paisaje de la isla, una isla pequeña, pero con un paisaje curiosamente grande que quien lo viera, podría calificar de continental. Briones posee ese poder de la visualización que Ansel Adams, gran fotógrafo de paisajes también, consideraba esencial al arte de la fotografía: La hábil yuxtaposición del paisaje tocado por las manos humanas con un fondo de áridas montañas, el adentrarse de una península en el mar de la isla, o la presencia de un árbol en una de nuestras pequeñas llanuras son captadas por el ojo del artista y trasladadas al discurso de la obra.
La fotografía de Briones no sustituye al paisaje, no es un sucedáneo ni un recuerdo, se trata de una creación dotada de profundo significado, de algo nuevo imbuído de una condición trascendente. Es el resultado de lo visto y fotografiado sometido a un diálogo interior, que lo transforma en una obra de arte.