Mignucci el arquitecto
Andrés Mignucci Giannoni concluyó su trayecto terrenal el 22 de noviembre de 2022 en Puerto Rico, la isla donde nació el 17 de diciembre de 1957. Mignucci fue un importante arquitecto puertorriqueño que supo combinar una de las más importantes prácticas proyectuales de su país, con un ejercicio de la crítica y la teoría que enriquece la bibliografía de Puerto Rico y a la vez del Gran Caribe. Arquitecto en ejercicio con una importante obra construida, académico y teórico importante que deja un legado escrito de referencia obligada, Mignucci supo integrar dos aspectos del ejercicio de la profesión y en ambos logró niveles de excelencia y obras que se constituyen en un importante patrimonio colectivo.
Nacido en Ponce en 1957 en una familia de origen corso, Mignucci estudió arquitectura en la Universidad de Wisconsin-Milwaukee donde fue alumno de Frank Ching, Amos Rapoport y Wayne Attoe. Se graduó con honores en 1979. En el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts obtuvo el grado de maestría en 1982.
En Cambridge, Massachussets Mignucci se entrenó como diseñador urbano bajo la tutela de Kevin Lynch y Stephen Carr en una experiencia que a decir del mismo arquitecto:
“fue una experiencia formativa que dio forma a mi filosofía del ejercicio de la práctica al borrar las fronteras existentes entre la escala del edificio, la ciudad y el paisaje y entender el ambiente construido como producto de niveles sucesivos de intervención. Hoy, después de tres décadas de práctica profesional, mi estudio aborda el diseño desde la escala íntima del objeto a los complejos aspectos del paisaje y el territorio.”
Concluyó su estadía en Estados Unidos y viajó a Alemania donde laboró luego en la firma de Erich Schneiderp Wessling.
Completado el periplo formativo, Mignucci regresa a Puerto Rico y funda Andrés Mignucci Arquitectos en San Juan e inicia una intensa labor de práctica, investigación y enseñanza. Su firma se convirtió desde el principio en un instrumento para poner en acción su filosofía de diseño. Su práctica cubrió todas las escalas de la arquitectura, el diseño urbano y el paisajismo, así como diversas tipologías: casas, edificios institucionales y edificios religiosos.
Sus proyectos de casas unifamiliares y unidades de vivienda colectiva se integran a la escena natural de Puerto Rico algunas de ellas adaptadas a la topografía del solar en base a la utilización de terrazas que integran el interior con el exterior. Existe en las casas de Mignucci una poética y una dimensión fenomenológica que une lo local con lo universal.
La arquitectura habitacional de Mignucci cubrió viviendas individuales como la laureada Violeta 150 que desarrolara en conjunto con la arquitecta Maribel Ortiz, o la propuesta de casas para el programa CDBG-R3 destinado a familias cuyas casas se perdieron o sufrieron daños debido a los huracanes Irma Y María. El encargo es simple y a la vez abarcador y ambicioso: se trata de proveer viviendas nuevas, decentes, resilientes, seguras e higiénicas para personas que perdieron su casa y reparar las que no sufrieron daños sustanciales. La firma Mignucci Arquitectos estuvo al frente del diseño de la propuesta cuya contruccion estuvo a cargo de Caribe Tecno CRL. Se trata de un proyecto en marcha que cuenta con 150 emprendimientos en toda la isla.
La marcada coherencia en el ejercicio de la profesión que caracterizó la práctica de Mignucci se pone de manifiesto en sus proyectos de diseño urbano. Los espacios públicos que resultan de estas intervenciones poseen un profundo sentido del lugar que procede de un respeto a la escala humana que el arquitecto combina con un marcado sentido de responsabilidad ambiental. Se destaca el proyecto La Ventana al Mar (2004) importante intervención en el frente marítimo de San Juan, específicamente en El Condado. Se trata de un gran espacio público (casi dos hectáreas) flanqueado por dos edificios patrimoniales de la arquitectura puertorriqueña, el Condado Vanderbilt Hotel (1919), de Warren Whitmore, 44 y La Concha Hotel (1957), diseñado por Toro y Ferrer. El espacio había estado ocupado por el Condado Convention Center en la década de 1970 y en los 90 tanto los hoteles como el centro de convenciones se encontraban abandonados.
La Ventana al Mar no estuvo exento de polémicas pues la constante histórica en El Condado había sido la de desarrollos inmobiliarios de gran altura y hoteles. Este patrón de ocupación dificultaba el acceso a la playa. El gobierno de Puerto Rico propuso remodelar el Hotel Vanderbilt y demoler La Concha y el centro de convenciones. La firma encargada sería una empresa estadounidense que planeaba construir un hotel todo incluido. La decisión generó protestas de la comunidad, el Colegio de Arquitectos de Puerto Rico y la Municipalidad de San Juan que hizo una contrapropuesta que incluía la revitalización y puesta en uso de los hoteles y la creación de un espacio público; tal fue el proyecto diseñado por Mignucci y que ha sido galardonado con múltiples reconocimientos a la excelencia en el diseño.
Otros importantes espacios públicos que llevan la firma de Mignucci fueron: el Parque de los Niños en el año 2000 y la intervención en el Parque Luís Muñoz Rivera diseñado en 1925 y concluido en 1934. Se trata de un parque urbano en Puerta de Tierra que había tenido múltiples intervenciones. Mignucci realizó restauraciones mayores y trató aspectos históricos del parque en su libro: [Con]textos: el Parque Muñoz Rivera y el Tribunal Supremo de Puerto Rico.
Las múltiples tipologías que trató Andrés Mignucci en su práctica están bien representadas en su portafolio; entre los edificios institucionales destacan la Escuela de Bellas Artes en Mayagüez, terminada en 2012. Se trata de un proyecto laureado que consiste en una escuela pública dedicada a las artes: música, teatro, danza y artes plásticas. El proyecto incluye un teatro, una biblioteca y una plaza pública que sirven a la escuela y a la comunidad.
En otra de sus obras institucionales Mignucci toca el patrimonio moderno de Puerto Rico al intervenir uno de los más importantes ejemplos de modernismo tropical en el Caribe: El Centro de Estudiantes de Henry Klumb en la Universidad de Puerto Rico. Mignucci -en una actitud muy característica de su ejercicio- hace su propuesta de intervención a partir de un profundo conocimiento de la pieza, que queda plasmado en un artículo académico producido junto a María Isabel Oliver titulado El Centro de Estudiantes de Henry Klumb en la Universidad de Puerto Rico. El edificio moderno y la sociedad contemporánea. En este se expresa:
1) El Centro de Estudiantes es el edificio que da razón y sentido a la organización moderna del Recinto de Río Piedras en contraste con el origen neoclásico de su plan maestro fundacional. El Recinto de Río Piedras siendo, junto al de Rother en Bogotá, el de Villanueva en Caracas y el de Pani en México DF, una de las ciudades universitarias modernas ejemplares de América Latina.
2) El edificio es un ejemplo sobresaliente de la ‘Arquitectura Orgánica’ en el Caribe y América Latina, siendo Henry Klumb uno de sus protagonistas principales.
3) Finalmente, el edificio manifiesta el lenguaje distintivo de la arquitectura moderna en el trópico donde, además del repertorio de elementos característicos de esta arquitectura – aleros, quiebrasoles, brise-soleils, y otros filtros de luz y ventilación – es propiamente el espacio fluido, el que figura como protagonista de la arquitectura y recurso primordial de su valor patrimonial.
Los edificios religiosos demandan mucho de los arquitectos pues hay que dar solución a lo funcional y a lo simbólico al mismo tiempo; el Santuario del Santo Cristo de los Milagros (Carolina, 1999) ilustra una dimensión doble que combina forma y función de manera magistral y confiere a la pieza esa cualidad espiritual que procede de una arquitectura de profundo significado. Este proyecto obtuvo una mención de honor en los AIA Design Awards, AIA-Puerto Rico Chapter, en 1999.
La vivienda como uso es una especie de tejido conectivo que conforma lo urbano. En una propuesta de intervención urbana integral se inserta el proyecto Riberas del Bucaná donde se diseñaron y supervisaron 305 unidades de vivienda de interés social complementadas con servicios, espacios públicos, equipamiento recreacional y un parque lineal a orillas del río Bucaná.
El educador de generaciones
Mignucci fue educador de generaciones de profesionales de la arquitectura en una carrera docente que se prolongó por tres décadas. Como profesor desarrolló un método de enseñanza que integraba varias esferas del conocimiento y desarrollaba el pensamiento crítico en los estudiantes. Su método de enseñanza era profundamente humanístico. Su acción educativa no se circunscribe sólo a Puerto Rico, sino que se propagó al extranjero por medio de talleres internacionales, proyectos colaborativos y cursos como profesor visitante en prestigiosas universidades.
Sobre su filosofía de enseñanza habla Mignucci:
“Usando mi experiencia profesoral como punto de partida he escrito, disertado y organizado eventos acerca de la enseñanza de la arquitectura y de métodos de diseño dirigidos a profesores, así como, y de manera más importante, a los jóvenes estudiantes de arquitectura. En los libros Conversations with Form: A Workbook for Students of Architecture and Supports: Housing and City, como ponente en congresos tales como: An Education for an Open Architecture, y simposios como: Chronicles of an Architectural Pedagogy he planteado la idea de que la enseñanza de la arquitectura no es sólo un asunto de contenido -lo que se enseña- sino una actitud hacia la adquisición de conocimiento, pensamiento crítico, entender el diseño como un proceso de investigación, de exploración creativa y un manejo adecuado de las “herramientas propias del oficio”.
Conversations with Form: A Workbook for Students of Architecture es un libro didáctico en el que Mignucci comparte la autoría con John Habraken y Jonathan Teicher. En este texto se propone una metodología que parte de una reflexión profunda sobre el lugar y sus características con el objetivo de desarrollar en el estudiante las habilidades -mediante ejercicios prácticos- para crear una arquitectura vital y comprometida con todo aquel que la utiliza. El libro ha recibido comentarios encomiásticos de Charles Correa, Josep María Montaner y Franco Mancuso.
El caribeñista
Una dimensión que considerar en la obra de Mignucci es su profundo interés en el Caribe y su arquitectura que transformó en estudio y ejercicio a la vez. Con ensayos, conferencias, talleres y proyectos el arquitecto creó un archivo que necesariamente formará parte del canon de la arquitectura caribeña tanto en sus proyectos como en la teoría y la crítica.
Se convirtió en un abanderado de la arquitectura tradicional de la región y promovió su estudio, documentación y conservación. Ejemplos de esta actitud son el estudio realizado juntamente con Emilio Martínez y Jorge Rigau titulado Arquitectura Dominicana 1890-1930 y la curaduría de la primera exhibición de arquitectura contemporánea en Puerto Rico que resultó en el libro Arquitectura contemporánea en Puerto Rico 1976-1992.
En 2002 Mignucci participó como arquitecto asociado junto a Gustavo Luis Moré en el proyecto ganador del Parque Metropolitano de Santiago de la ciudad de Santiago de los Caballeros, RD. Este proyecto obtuvo además el Primer Premio de Diseño Urbano en la VIII Bienal de Arquitectura de Santo Domingo (2006).
Inmediatamente después del terremoto de Haití ocurrido en enero de 2010 Mignucci reunió a sus mejores estudiantes de la escuela de arquitectura de la Universidad Politécnica de Puerto Rico para organizar un equipo de trabajo voluntario que explorara soluciones de vivienda rápidas para la ciudad de Puerto Príncipe. A través del capítulo puertorriqueño del AIA, se organizó una cumbre para la reconstrucción de Haití en conjunción con arquitectos haitianos que proveyeron informaciones de primera mano sobre la situación en el país y que contribuyeran, a través de participar en talleres, a generar estrategias e identificar aspectos colaborativos. De esta experiencia resultó el proyecto UN LAKOU PARA HAITI basado en la idea de generar una vivienda modular básica que pudiera combinarse en grupos organizados alrededor de un espacio tradicional haitiano conocido como laokou.
Cuba es abordada en un texto académico producido junto a María Isabel Oliver en 2017 que se titula Experimental Housing in Puerto Rico and Cuba: Crossings between form innovation and traditional habitation. En el escrito se muestra la manera en cómo el desarrollo de la arquitectura moderna en Cuba y Puerto Rico durante la década de 1960 estuvo de la mano de importantes cambios socio-políticos que se dieron en ambas islas y como una política de vivienda social estuvo en el centro de estos cambios. Los autores realizan un recorrido a través de la historia de los dos países y estudian seis proyectos en Puerto Rico y uno en Cuba. El texto asume una dimensión crítica al indicar la manera en la que, a pesar de que hubo proyectos innovadores, muchas de estas innovaciones no pudieron convertirse en modelos de intervención a gran escala. El análisis torna hacia lo fenomenológico al introducir la noción de habitar, tomada de un famoso texto de Martin Heidegger.
El investigador académico
La actitud de investigador de Mignucci no se limitó sólo al ámbito inmediato del Caribe, sino que cubrió una amplia gama de intereses: el diseño del edificio abierto, el valor de la vida diaria e el diseño de la arquitectura, la historia y la teoría de la arquitectura de América Latina, el Gran Caribe y de manera especifica Puerto Rico. Siempre acucioso y preocupado por el ejercicio de la arquitectura, se concentró en la conjunción entre tradición e innovación en el diseño, el espacio público y su relación con la ciudad y la enseñanza de la arquitectura y sus métodos de diseño.