Ensayo
Ginette Cherubin
Notas en torno a la pérdida reciente del patrimonio arquitectónico haitiano:¿Borrar la memoria?
Ginette Cherubin es una destacada arquitecto, miembro de CARIMOS, restauradora de la élite cultural haitiana, que asumió nuestra solicitud parandibujar el sombrío panorama de violencia que azota al patrimonio de esa nación hermana. Gracias por su colaboración, que esperamos estimule a un futuro mejor para Haití. (GLM)
El legado de treinta años de dictadura, junto con múltiples factores tanto internos como externos, contribuyó a lo largo del tiempo a una profunda desestabilización de Haití. A partir de las fraudulentas elecciones de 2010 marcadas por una flagrante injerencia internacional en un país que se había vuelto agotado y tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, comenzaron una curva descendente y la peor crisis socioeconómica e institucional del país, a pesar de su gloriosa trayectoria. Hoy en día, bandas fuertemente armadas siembran el
terror. Inicialmente financiadas por poderes políticos y económicos vinculados a redes de crimen transnacional, estas bandas adquirieron progresivamente autonomía y, sin revindicar ninguna ideología, se entregan frenéticamente a una furia de destrucción, de violación de mujeres, incendio y muerte.
Conviene aclarar rápidamente que, lejos de un análisis de la complejidad de la cuestión patrimonial y de la construcción de la memoria colectiva del pueblo haitiano que ha experimentado una profunda fractura social iniciada con el nacimiento de la Nación, el enfoque que abordamos en este texto, desde nuestra posición de arquitecta, tiene un objetivo bastante modesto: reconocer que, más allá de los dichos “territorios perdidos” y las vidas sacrificadas, los testigos de un pasado inscrito en la piedra y en la imaginación de más de uno son también perseguidos y condenados a desaparecer. Los “territorios perdidos” o en proceso de pérdida son despojados de su contenido vivo o inerte. La cultura no está exenta. ¡Están quemando nuestra memoria!
Así en un clima de violencia extrema, además del ensañamiento contra mujeres, hombres y niños –empezando por los más vulnerables– se desata un delirio mórbido sobre los bienes inmuebles incluso los culturales tal como: pueblos artísticos de Noailles/Croix des bouquets; Grand-Rue; Carrefour-Feuilles. Este espectro de horror, que hoy se extiende a más del 80 % de la capital alcanza hasta la memoria colectiva del pueblo haitiano. El patrimonio se convierte en un objetivo apuntado. Además de los ataques sistemáticos de 2023-2024 contra los péristilos del voudu –portadores de la dimensión inmaterial del patrimonio cultural y de testigos de la arquitectura vernácula– los símbolos más significativos de la arquitectura burguesa haitiana también son reducidos a cenizas, uno tras otro.
De abril a julio de 2025, en el centro de la capital, las pérdidas inmobiliarias han sido colosales. notablemente en el área designada como “Distrito Gingerbread” (proyecto ISPAN – FOKAL – World Monuments Fund, Universidad de Florida).
La denominación adoptada para dicho proyecto hace referencia a la arquitectura gingerbread de Haití que pertenece a la corriente neogótica. Se caracteriza por un estilo ecléctico parecido al estilo victoriano, rico en detalles y ornamentos. Esta tipología arquitectónica floreció en Haití gracias al fulgurante desarrollo económico de las ciudades portuarias entre finales del siglo XIX y principios del XX S. En Puerto Príncipe, la nueva clase burguesa se alejó progresivamente del centro para construir lujosas villas estilo gingerbread en las colinas verdes de Turgeau, Bois Vergna y Pacot, que ofrecían una vista panorámica sobre la bahía y constituyen el dicho “Districto Gingerbread.” Este lenguaje arquitectónico tiene un valor cultural aún más significativo porque no pertenece exclusivamente a las residencias burguesas urbanas. En parte apropiado por otras categorías socioeconómicas, este estilo ha influenciado incluso la arquitectura vernácula rural a través de algunos de sus elementos integrados con un mimetismo de notable originalidad.
Entre los elementos del patrimonio arquitectónico urbano víctimas de actos de bandidismo, en el contexto de crisis, señalamos tres ejemplos particularmente notables.
Le Petit Trianon
Originalmente llamada “Villa Miramar”, esta elegante casa fue construida en 1914 para la señora Charles Gauthier. Existe un debate en lo que concierne su diseñador ¿Fioravante Cordasco o Eugène Maximilien?
La obra también es designada “Maison Cordasco” en referencia al arquitecto considerados, sería un italiano conocido como una figura clave del movimiento gingerbread en Haití. El Petit Trianon, obra arquitectónica que armoniza mampostería, madera y hierro forjado, se destacaba por su majestuosidad y esbeltez; sus columnas, pórticos, balcones elegantes, balaustradas ornamentadas y su techo cubierto de tejas de pizarra.
Convertida en propiedad de la familia D’Adesky, fue consumida por las llamas en un incendio criminal provocado por bandas reunidas en la federación “Viv ansanm” en abril de 2025.
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La Maison Mathieu
Esta casa es menos extravagante que las otras, y es muy poco documentada por el momento. Sus propietarios afirman que fue construida en 1928 y precisan que se le atribuye el estilo conocido como Cordasco. Esto hace pensar que podría haber sido obra del arquitecto italiano del mismo nombre, quien posiblemente también construyó “El Petit Trianon”.
Esta casa se caracterizaba por sus columnas y pórticos; su pequeño balcón en esquina; su techo inclinado; sus puertas persianas adornadas con delicados frisos… Adquirida por la familia Pierre Mathieu en los años 1960, fue consumida por un incendio provocado por los bandidos de la organización criminal “Viv ansanm” en julio de 2025.
El Grand Hôtel Oloffson
Obra maestra de arquitectura considerada por Anghelen Arrigton Philipps como “la quintaesencia de la arquitectura gingerbread en Haití”, este hotel fue construido en 1887 por el arquitecto francés Brunet para Demóstenes Sam, hijo del presidente Tirésias Simon Sam. La legendaria “Maison Sam” es un prototipo del estilo gingerbread que presentaba las características majores: esbeltez y ligereza; terrazas y balcones finamente trabajados; contraventanas; arcos de madera calada; abundantes torreones; adaptación al entorno tropical: abierta al viento y luz, bien integrada en la naturaleza.
De 1915 a 1936, la propriedad de la familia Sam sirvió como hospital de las fuerzas de ocupación estadounidenses. Después de la salida de los marines, el edificio se transformó en hotel bajo el nombre de “Grand Hôtel Oloffson”, por su arrendatario alemán Oloffson. Posteriormente fue gestionado con el mismo nombre por las familias Seitz y luego Morse del grupo musical RAM
Único ejemplar de su tipo en el Caribe, el Oloffson recibió a artistas y personalidades como: Ernest Hemingway, Graham Greene, Maya Deren, Jackie Onassis… e inspiró a Green su novela Los comediantes y sirvió como escena para el rodaje de la película resultante.
El Grand Hôtel Oloffson fue reducido a cenizas el 6 de julio de 2025 por las acciones criminales de la coalición de bandas armadas “Viv Ansanm”. Permaneció como un ícono de la arquitectura gingerbread y un testigo emblemático de la gran industria hotelera del Caribe con fama internacional.
Haití se encuentra en plena deconstrucción… El ataque a la cultura y a la identidad haitianas está socavando la existencia misma del pueblo haitiano. Pero la memoria de nuestro pueblo, ella permanece escondida en nuestras almas. La llevamos en el crisol de nuestro ser ¿Será
posible algún día borrarla?
¡Jamás¡