Reconocimiento AAA 50+:
Casa Barletta Rainieri del Arq. Marcial Pou Ricart
Gustavo Luis Moré/ Marcos A. Blonda
Fotos de Gustavo José Moré y Marcos A. Blonda
Esta es la primera entrega de una nueva sección de AAA, dedicada a reconocer piezas del invetario de la arquitectura local de valor artístico e histórico, capaces de ser intergradas al catálogo patrimonial nacional. En cada edición presentaremos obras meritorias dentro del potencial universo de futuros monumentos nacionales.
La casa Barletta Rainieri fue diseñada por Marcial Pou Ricart a mediados de la década de 1940 y es hoy quizás una de las ultimas grandes casas modernas de esos años que aún existe en Santo Domingo. La vivienda, posee una relación muy orgánica con el lugar, se emplaza en un eje este-oeste perpendicular a la dirección primaria del solar y sobre el cambio de nivel que se produce en una de las terrazas que caracterizan el relieve de la ciudad a la altura de la calle José Contreras. Este “escalón” es aprovechado para acomodar el programa de la casa. En un piso alto se desarrolla la vivienda propiamente dicha con sus espacios sociales, de servicio y espacios íntimos y en el piso bajo un área donde el propietario tenía su despacho y áreas de trabajo. Esta división en ritmos diferentes de actividad fue favorable cuando la casa estuvo alquilada a la Embajada del Perú permitiendo al embajador residir en la vivienda y tener la planta baja para las oficinas de la legación diplomática.
Durante la década de 1950 se hizo un anexo que se encargó al Arq. José Manuel Reyes Valdez (Nani) y consistió en un dormitorio principal con baño y vestidor integrados.
Este agregado se funde con la vivienda original de manera que su condición de adición posterior se vuelve imperceptible. Un gazebo de estilo neo vernáculo y una piscina completan el conjunto. Los interiores son amplios y de techos altos. Toda los espacios de la casa se comunican hacia un amplio balcón frontal, gran evento espacial que sirve de transición
al exterior.
La propuesta estética es interesante pues se trata de una casa que, como dijimos antes se plantea en un eje paralelo a la calle, esa linealidad se refuerza con un alargado balcón que ocupa todo el frente de la casa y termina en una curva en uno da sus extremos que da la impresión de perderse en lo infinito, un recurso que Pou Ricart utilizó en muchas de sus obras. Llaman la atención los muros revestidos de la piedra caliza del sitio, algo que se escapa a la propuesta de la “arquitectura blanca” propia del racionalismo caribeño y latinoamericano de esos años y que anuncia una relación más intima con el lugar y sus especificidades. De igual manera puede decirse que se trata de una casa caracterizada por ciertos acentos, ciertos detalles que agregan puntos brillantes a una obra de por
si hermosa. Un exuberante jardín tropical sirve de entorno a esta pieza de arquitectura caribeña engastada, cual piedra preciosa, en el rocoso farallón de la avenida José Contreras.
Gracias al Arq. Amaury Pou por el contacto con la señora María Filomena Barletta, hija de los propietarios originales, por su amable apertura a conocer esta maravillosa residencia.